“Idrarem Darem”, las “montañas de las montañas” como las conocen los bereberes forman una de las cordilleras más hermosas de la Tierra. Espina dorsal del norte de África, la cordillera del Atlas se extiende desde casi las playas atlánticas cerca de Añadir y por todo el norte de África hasta las tierras del norte de Túnez, si bien es en Marruecos en donde se concentran las mayores alturas y donde la cadena se nos muestra en todo su esplendor y contrastes. Desde los extensos bosques de cedros del Medio Atlas a las siempre verdes planicies del Atlas Central, de los lagos esmeraldas de Imilchil a los perdidos valles del Mgoun. De las montañas volcánicas del Anti Atlas a las alturas del Toubkal. Y es aquí, en el macizo del Toubkal, donde vamos a realizar una espectacular travesía con la posibilidad añadida de ascender el “techo” del Atlas, el Djebel Toubkal, de 4.165 m.  Un Trek, una travesía fantástica en el macizo más alpino de toda la cordillera. Desde los valles con cultivos en terrazas, las pequeñas aldeas bereberes a la sombra de los nogales a los pastizales de altura donde la fresca brisa de las montañas posibilita el pastoreo de trashumancia para adentrarnos en los territorio de la alta montaña, los valles glaciares, los collados de extensas panorámicas, las crestas, los ríos y obeliscos de roca. A través del Tizi Ouanons, uno de los clásicos pasos de la cordillera alcanzaremos el escondido lago de Ifni terminando nuestra travesía a pie en el oasis de montaña de Amsouzart, al sur del macizo. Una preciosa ruta de pista y carretera nos devolverá a la ciudad “roja” de Marrakech, una de las ciudades más exóticas y cosmopolitas de toda África.