HRVATSKA, así es como se llama la República de Croacia en su lengua, el Serbo-croata. Dos paisajes
totalmente diferentes dentro del mismo país. La vertiente atlántica de los Alpes Dináricos, que llegan
hasta aquí como una extremidad de esa cordillera que es tan importante en Europa, con sus bosques de
hayas, sus paisajes verdes y de llaneo, infinidad de ríos, todos tributarios del gran Danubio, y la vertiente
mediterránea, que nos resulta tan familiar por su paisaje más de secano, en el que todas las montañas
descienden al mar directamente, en este caso el Adriático.
Aterrizamos en el aeropuerto de Split pero nos trasladamos directamente a la ciudad de Dubrovnik, la
perla del Adriático. Disfrutaremos de sus callejuelas en cuesta y su palacios e iglesias entre góticas y
barrocas rodeados de las grandes murallas de la ciudad por donde es imprescindible pasear, sobre todo
al atardecer.
Continuaremos rápidamente por la parte adriática de Croacia con gran influencia Veneciana. Vamos a
visitar preciosas ciudades medievales a la orilla del mar, como Split, Trogir y Zadar, pero antes
recorreremos a pie las montañas rocosas del Parque Nacional de Biokovo con grandes vistas al mar y las
islas cercanas.
Entre medias de tanto despliegue histórico cultural nos acercaremos a ver las grandes cascadas de
travertinos en el río Krka, dentro del parque nacional del mismo nombre, donde haremos un paseo entre
un bosque de especies muy variadas.
Seguimos con las dos joyas del viaje, la ciudad puerto de Split, punto de partida a las más de mil islas de
las costas croatas y Trogir, que forman parte de ese selecto grupo de ciudades que con sólo oír su
nombre, ya sabemos que es algo especial, paraísos patrimoniales que han hecho tan popular a Croacia                desde tiempos de la Republica Serenísima de Venecia.
Nuestro siguiente parada en la ciudad de Zadar, llamada Jadera, Isadora, etc., según la lengua de la
cultura en que la pronuncies, una ciudad encantadora de cara al mar, su centro histórico es una “casi
isla” donde se mezclan las culturas Romana, Bizantina, Veneciana, Austríaca y algunos elementos
modernos de la época actual, únicos en el mundo, como los “ORGANOS DEL MAR” y el saludo al sol.
Un día dedicados a recorrer los increíbles lagos y cascadas de travertino en el Parque Nacional de los
Lagos de Plitvice, rodeados de los inmensos bosques de hayas y demás especies variadas, típicos de la
cuenca del Danubio
Y para terminar nuestro periplo en Zagreb quedándonos medio día a visitar esta ciudad con sus verdes
avenidas, calles medievales y bohemios cafés que nos servirá para despedirnos del ambiente croata con
un toque, en este caso, austrohúngaro.